Un viaje con el Peace Boat por Cecilia Saura Drago

Mi pasión por Japón me llevó a cumplir uno de mis sueños

…viajar al país del sol naciente ¿Quién me iba a decir que realizando ese sueño el destino me iba a ofrecer la oprtunidad de vivir un sueño aún mayor, tanto que yo lo consideraba inalcanzable? Mientras buscaba oportunidades de trabajo en Japón, una excompañera Fulbright que trabaja en Tokio me reenvió un email: era un anuncio de una ONG japonesa llamada Peace Boat solicitando profesores de español voluntarios para su próximo viaje alrededor del mundo a bordo del crucero. ¿Un viaje alrededor del mundo en un barco, con una ONG japonesa, como profesora de español? Un sueño. No tenía compromiso, era el momento adecuado, así que… ¡tardé bien poco en enviar la solicitud! El proceso de selección fue duro, tanto que no lo conseguí a la primera. Pero a la segunda, la vencida…

El Peace Boat es una ONG japonesa

…y organismo observador de la ONU que se dedica a promover la paz a través de sus viajes alrededor del mundo. Realiza unos tres viajes al año, saliendo desde Yokohama, cada recorrido suele ser diferente y suele durar 3 meses. Peace Boat, además de promover la paz, también promueve los objetivos de desarrollo del milenio de Naciones Unidas y, por otro lado, una forma de turismo distinta: en cada puerto, existe la posibilidad de participar a cursos en el seno de ONGs del lugar. En  mi caso, por ejemplo, tuve la oportunidad de conocer de primera mano el trabajo de la ONG Ecpat (http://www.ecpat.net) en Manila, que se dedica a luchar contra la explotación sexual comercial de la infancia. El barco es un auténtico hibernadero de actividades de todo tipo, desde conferencias de autoridades internacionales que pasan una temporada en el barco hasta talleres que organizan los propios pasajeros, pasando por concursos y días temáticos, y todo con un fin común: promover una cultura de paz en el barco que irradie cada puerto.

Nunca había navegado ¡pero lo llevé mejor de lo que pensé!

…Descubrí que hay varios tipos de mareo (tres meses surcando océanos, tuvimos tiempo para desarrollar teorías sobre ello), y el que a mí me tocó se manifestaba como somnolencia: cuando se movía mucho el barco, tenía ganas de dormir a todas horas… Pero me encantó acostumbrarme a caminar en zig zag y ver la gente por los pasillos rozando la pared derecha, luego la izquierda, luego la derecha… como si todos bailaran de forma sincronizada por cada pasillo. Obvio que parecía que todo el barco estaba ebrio 🙂

Un momento en el que pasé miedo, miedo de verdad, fue

…en tierra firme, en Seychelles. Mis compañeras profesoras y yo decidimos ir a una playa con una barca. Cuando los que nos condujeron a esa playa vinieron a recogernos con la barca, la marea había subido. La playa tenía rocas muy ásperas, había olas que dificultaban el acceso de la barca a la arena y nosotras con cámaras digitales. Los conductores acercaron la barca todo lo que pudieron, nosotras nos subimos rápido pero eso no impidió que llegara una ola inmensa ¡que casi volcó la barca! La barca no conseguía arrancar, se acercaba cada vez más a la orilla y venía otra ola. El segundo conductor se acercó al motor y lo intentaba arrancar mientras nos gritaba: «devant! devant!»(que nos pusiéramos ¡delante!¡delante! para hacer contrapeso). Consiguió que la barca arrancara… y la barca dio un par de saltos por las olas que nos otorgaron el certificado de especialistas para películas de James Bond. Al final llegamos sanas y salvas. Y lo que fue increíble: las cámaras digitales también.

Hay algo común entre todos los pueblos y gentes que vimos

…Todos compartimos la capacidad de imaginar y tener esperanza por algo mejor, aún habiendo vivido o estando en las peores condiciones.

Si tuviera que elegir un lugar tras haber hecho el viaje, sería

…El barco en sí. Punset dice que la felicidad está en la sala de espera de la felicidad. Nosotros siempre estábamos felices entre puerto y puerto, ilusionados por el próximo puerto que visitar, así que hoy no respondo ni Tahiti, ni Estrecho de Magallanes, ni Antártida. El barco era el lugar. Hasta que el próximo puerto era…Yokohama.

La tierra no es la herencia de nuestros padres, sino el préstamo de nuestros hijos

…Os dejo un vídeo en el que salgo al final diciendo esta frase. Este vídeo es un proyecto de los EIS (estudiantes internacionales que subieron al barco en Buenos Aires). Voz en off de Bruno Serrano, ex-guardaespaldas de Allende, que también estuvo en el barco unos días. Que lo disfruten.